Es evidente que la transformación digital es una tendencia en todos los sectores, incluido el de la energía. En nuestro día a día hemos digitalizado conscientemente (o no) cientos de acciones, este acto de actualización se percibe también en nuestro puesto de trabajo.
Un factor muy importante a tener en cuenta cuando se planteé un proceso de transformación digital en el entorno laboral es la deslocalización de los puestos de trabajo. Además, en un sector como el de las energías se trabaja no solo en oficinas si no también en parques de placas solares o en extensas llanuras de aerogeneradores por lo que cada vez es más habitual realizar trabajos desde aplicaciones móviles o tablets.
Todos estos cambios afectan a nuestra rutina de trabajo, agilizan procesos y nos permiten obtener datos e indicadores que facilitan la toma de decisiones dentro de la organización. Todas las clases de energía están involucradas en esta transformación: eléctrica, térmica, solar, química…
Según un estudio de Red Eléctrica de España, esta transformación digital del sector se apoya en 4 ejes:
- El desarrollo de capacidades de aprovechamiento de la energía renovable disponible.
- El progresivo papel protagonista del cliente final.
- La optimización de la gestión de los activos.
- La optimización de los procesos operativos.
En nuestro caso, nos centraremos en el primer punto. Es importante impulsar el uso de energías renovables ya que el planeta cada vez sufre más y fenómenos como el cambio climático, la deforestación de los bosques o la contaminación de los océanos tienen cada vez más presencia en el terreno medioambiental. Ante esto, el reto reside en saber aprovechar elementos naturales para generar energía sin contaminar o deteriorar el planeta. España es uno de los países líderes de la Unión Europea en materia de renovables. Según el mismo estudio: “Este éxito en la gestión de la energía renovable ha permitido que, aproximadamente, el 40% de la generación de energía eléctrica en España tenga origen renovable, y se ha logrado gracias al empleo, desde principios del siglo XXI, de algunos de los componentes de lo que estamos denominando ahora nuevos sistemas digitales.”
Para llegar a cumplir los objetivos que dicta la Unión Europea en cuanto a energías renovables, la digitalización será un factor clave y decisivo. España se encuentra actualmente en el puesto 14 de la UE-28, con un 16,2% de la demanda cubierta por energías renovables, por debajo de la media europea del 16,7% y a 3,8 puntos del objetivo de 2020.
Desde el punto de vista comercial, la transformación digital en el sector de la energía es también muy importante de cara al cliente final. Todos estamos acostumbrados a realizar compras, consultar nuestra cuenta, comprar entradas, consultar el tiempo o realizar fotografías desde nuestro teléfono móvil. En la era del customer experience o la experiencia de usuario ofrecer servicios como una aplicación móvil desde la que controlar la energía que consumimos en nuestros hogares o el agua caliente es fundamental. De esta forma se promueve el ahorro de energía y el consumo responsable. En definitiva, podríamos decir que la transformación digital es un punto clave para el sector de la energía ya que es la tendencia del mercado y de la población, además de ser una herramienta útil para cumplir los objetivos de la UE. Este proceso de digitalización afecta no solo al trabajador en campo, también al trabajador de oficina y como no; al cliente final.
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